Tal y como suele hacer, Jesús Lorenzo para Groenlandia ha buscado crear una colección que ponga de manifiesto que piel y juventud no están reñidas.
Así, basándose en los años 70 -referencia que, por cierto, hemos visto en muchos diseñadores esta edición- y en ese estilo de belleza que por entonces primaba, basado en la diversidad, ha creado sus diseños, en los que también hay propuestas para hombre.
El diseñador ha tratado de plasmar desde el idealismo «hippy» al movimiento «punk», pasando por lo artificial de la «cultura disco», con sus materiales brillantes, lentejuelas y excesos estilísticos, reservados a la vida nocturna. Pero es el «natural look» el que principalmente ha inspirado esta colección, el que adoptaron las mujeres profesionales y ejecutivas en los años 70, que dieron prioridad a su trabajo por encima de su aspecto. Así, ha buscado una imagen sencilla, cuidada y natural, con colores claros.
Así, se ha servido de pieles como linces, visones, zorros y astracanes. Las siluetas han mostrado principalmente líneas rectas y puras, a menudo con acabados en formas redondeadas. Han destacado también los grandes volúmenes y las prendas oversize. La amplia gama de pieles en tonos naturales las ha combinado con pieles tintadas en rosas, azules, «purples» y amarillos, además de los efectos metalizados.
Para las propuestas más deportivas ha utilizado cordero y cuero y para las más sofisticadas se presentan jerséis de noche combinados con grandes faldas de gala, así como looks de fiesta con vestidos y prendas en napa en colores brillantes y tonos metálicos.
Para acabar la noche (y el desfile) de Lorenzo, un punto cómico: dos de sus modelos se hacen un «selfie» antes de que las luces se apaguen.